Conocimos a José Antonio Carmona a finales de los años 70, cuando cubría desde su puesto de cámara deTVE toda la actualidad noticiable de esta zona. José Antonio no es un fotógrafo al uso es mas un espectador de lo que le rodea, poco presumido de su capacidad para captar y transmitir, un fotógrafo sencillo sin estridencias, sin la esclavitud de la regla de los tercios.
El se define de la siguiente manera:
Sobre todo me gusta vivir...de gustos sencillos...amante del deporte y las artes...debilidad, la pintura la fotografía y el cine... me gusta pasear... y sentir sensaciones...Jerez...Sevilla...Londres... Charo mi mujer... Juan y Manuela, mis hijos... mis gentes...mi perro Remo y mis gatos Felipa y Baco...Real Madrid...Jerez Industrial...
Desde el día 1 hasta el 29 de abril expone una colección de fotografías en la Sala El Molino del Alcázar de Jerez, titulada "Procesiones" y la mejor definición de dicha exposición es la que hace el critico de arte Bernardo Palomo.
El neorrealismo de un Cristo por
La Semana Santa da para tanto que ya es dificilísimo no caer en lo recurrente y redundante. De ella se ha escrito casi todo. Ponderarla, aburre; vituperarla, es de idiotas; insistir en lo mismo, es una pérdida absurda de tiempo. Es, por tanto, tarea compleja acercarse a sus circunstancias sin cometer un delito de reiterativa acumulación que no conduce a nada. Por eso, escribir de fotografía sobre Semana Santa es poco más de lo mismo. Pero resulta que la fotografía de Carmona Otero tiene a la Semana Santa como objeto secundario, aunque sus esquemas fotográficos estén surtidos de elementos propios de lo que acontece en los días santos o en aquellos otros que los tiempos y los recalcitrantes sujetos que en ellos actúan, convierten en pseudosantos.
La obra de Carmona Otero es, técnicamente, una lección absoluta de fotografía en blanco y negro; conceptualmente, un canto al neorrealismo que transcurre por calles cada año; socialmente, un ejercicio de documentación sociográfica y, por último, visualmente, un afortunado juego de contrastes. Todo ello, encerrado en el marco ideal de una escenografía ciudadana donde todo es posible, donde tiene cabida el mayor cúmulo de circunstancias que uno pueda imaginarse. Y ahí radica la importancia de la obra de este artista; su fotografía no se somete a las imposiciones de un planteamiento estético particular, es una obra de arte sin más, un ejercicio artístico donde lo secundario adquiere valor supremo. En su obra tan importantes es el esplendor de un palio encendido en la lontananza nocturna que el prosaico aditamento corporal – piercing lo llaman – del asalariado acólito, tan esclarecedor es un Cristo por la Joyanca, con sus inusuales observantes, que la recoleta plaza céntrica vestida con sus mejores galas.
Fotografía inusual de una realidad que muchos han convertido de sublime en burda manifestación de lo mismo y que, aquí, con muy poco, se consigue todo lo máximo.
Desde este blog felicitamos a José Antonio por su magnífica exposición.
¿ Te la vas a perder ?
A continuación os exponemos una muestra de Procesiones.
¡Que tengo la suerte de tener muy buenos amigos!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
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